El coronavirus evoluciona constantemente y adquiere nuevas mutaciones; hasta la fecha ha habido más de 200 variantes nuevas de ómicron y sus derivados. “La evolución del SARS-CoV-2 no ha terminado”, afirma Olivier Schwartz, jefe de la Unidad de Virus e Inmunidad del Instituto Pasteur de París.
“Cuanto más circule el SARS-CoV-2, más puede cambiar”. Los científicos también creen que las variantes similares a la ómicron podrían evolucionar en personas con sistemas inmunológicos comprometidos donde el virus puede persistir por más tiempo mientras adquiere docenas de nuevas mutaciones.
Actualmente, todas las variantes de ómicron se consideran de preocupación porque comparten características similares: se propagan más fácilmente y pueden esquivar la inmunidad anterior. Pero, afortunadamente, la infección de una sub-variante de ómicron aún reduce suficientemente el riesgo de volver a infectarse con otra. Las sub-variantes tampoco parecen plantear mayores riesgos que la ómicron.